La primera almazara de autor del mundo diseñada por Philippe Starck y situada en la Serranía de Ronda en Málaga, acaba de abrir sus puertas. LA Almazara es un proyecto vanguardista, una obra de arte habitable donde cada detalle ha sido concebido para ser funcional e impactante, un espacio que fusiona tradición oleica e innovación arquitectónica. Nacido del sueño de Pedro Gómez de Baeza y de la mano del diseñador francés reconocido a nivel mundial por su creatividad visionaria, LA Almazara promete ser un referente global que celebra el arte y la tradición del aceite de oliva reinventando el oleoturismo convirtiéndose en la primera almazara de autor del mundo.
Philippe Starck indicó en la presentación del espectacular espacio que “LA Almazara es un lugar insólito, increíble y milagroso donde el visitante puede disfrutar de una experiencia poderosa y radical que desafía y transforma. Es un cúmulo de misterios donde el respeto cristalizado del aceite de oliva se mezcla con la emoción.”
Situado en plena naturaleza a 2,5 km de Ronda, LA Almazara es un lugar diseñado para ofrecer una experiencia única e inmersiva que celebra la magia y la poesía del aceite de oliva virgen extra, con una prensa de aceite en funcionamiento, un museo, un restaurante, una zona de cata y de eventos.
Según Starck “LA Almazara no es arquitectura ni un lugar de cultura. Es un objeto que ha caído del espacio y simplemente ha tomado la dimensión y el nombre de respeto. Más allá del objeto en sí, LA Almazara tiene una función, la de proteger una de las cosas de nuestra civilización que presta servicios a nuestra especie animal. Está el agua, está la sal y está el aceite. Estos elementos son sagrados. Siempre han sido respetados, y probablemente siempre lo serán. LA Almazara es un homenaje a este respeto por el aceite de oliva, nacido de todas las civilizaciones que nos han precedido.”
Philippe Starck ha apostado por un diseño minimal y atemporal, sin detalles superfluos, sin revestimientos, sólo lo esencial trabajado con rigor y claridad. Un cubo rojo monolítico, con un inmenso cuerno de toro de acero y un ojo gigantesco fundido en hormigón y que echa humo negro. El ojo para ilustrar la vigilancia de los grandes artistas surrealistas andaluces, el humo como un pensamiento o una mirada.
También dentro hay sorpresas y claros homenajes. Una media aceituna monumental está incrustada en la pared de acero oxidado. Una tubería metálica penetra en el edificio sin salir nunca. Agua corriente. Una enorme figura sin cabeza ni identidad, pero con un avión hecho enteramente de trozos y, sin embargo, uno de los primeros en volar. Trocitos de madera. Un estoque gigante y un retrato igualmente enorme de su inventor-matador rondeño.
En su interior, además de este museo dedicado al AOVE, los visitantes también podrán disfrutar de una oferta de restauración y una zona de cata. La sombra interior se ve de pronto deslumbrada por un rectángulo de luz que se prolonga en una terraza suspendida por enormes cadenas metálicas. Esta apertura al exterior se convierte en marco para la imagen mítica de los paisajes de Ronda y Andalucía. Se invita a los visitantes a descubrir este entorno natural excepcional, del mismo modo que los objetos escultóricos creados por Philippe Starck, repartidos por los olivares, son juegos mentales que despiertan e intrigan.
Con el objetivo de poner en valor la cultura, la historia y la tradición de uno de los productos insignia de la gastronomía española, el AOVE, este proyecto vanguardista celebra el arte y la tradición del aceite, reinventa el concepto de oleoturismo y enriquece cultural y económicamente la región, posicionando a Ronda como un destino imprescindible en el panorama del diseño y el oleoturismo a nivel mundial.
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